lunes, 1 de diciembre de 2014

EL MAGO DE OZ: En ningún sitio como en casa



                                                     Título: "EL MAGO DE OZ"
                                                     Fantasía. Musical
                                                     Año:1939
                                                     Duración: 98´
                                                     Director: Victor Fleming
                                                     Intérpretes principales: Judy Garland
                                                                                          Ray Bolger
                                                                                          Jack Haley
                                                                                          Bert Lahr
                                                                                          Frank Morgan
                                                     B.S.O.: Herbert Stothart


   Hacía muchísimo tiempo desde la última vez que tuve ocasión de ver esta joya del cine. Un icono que permanece inalterable a pesar de los 75 años que lo separan ya de su estreno, allá por el año 1939. Una película que ha hecho disfrutar a varias generaciones de niños (y no tan niños) y que nos sigue deleitando a los amantes del buen cine. Esta vez la he visto en V.O. y he podido disfrutar, más si cabe, del sentido de sus diálogos y de la magia de su atmósfera. Escuchar a Judy Garland mientras entona el ya mítico "Over the Rainbow" es algo que todo el mundo debería hacer alguna vez en la vida.

   La historía nos sitúa en la lejana, triste y polvorienta ciudad de Kansas. Allí, la joven Dorothy (Judy Garland) vive en una granja con sus tíos Henry (Charley Grapewin) y Em (Clara Blandick). Junto a ellos conviven también una serie de pintorescos empleados que trabajan en la granja, en diferentes quehaceres. Sin embargo, Dorothy únicamente siente el cariño de su pequeño Totó, su pequeño perrito al que la malvada Sra. Gulch (Margaret Hamilton) quiere hacer desaparecer, tras ser mordida por éste.


   Motivada por ello, Dorothy escapa junto a Totó para evitar que se lo puedan llevar. Sueña con poder vivir en algún lugar mejor, sobre el arco iris, donde los problemas no existan. Es entonces cuando se ve sorprendida por un gran tornado que hace volar la casa y, tras sufrir un golpe en la cabeza que la deja inconsciente, despierta en un fantástico mundo llamado Oz. Allí, descubrirá que hay una bruja mala que quiere acabar con ella (la Bruja Mala del Oeste). Pero Glinda, la Bruja Buena del Este (Billie Burke), la pondrá en el camino a Ciudad Esmeralda, un largo sendero de ladrillos amarillos que la guiarán hasta el gran Mago de Oz, al que podrá pedir su deseo de regresar a Kansas, junto a su familia.

   El camino no estará exento de peligros, pero en él conocerá a los que a la postre serán sus compañeros de fatiga: el Espantapájaros (Ray Bolger), que desea un cerebro para poder pensar, el Hombre de Hojalata (Jack Haley), que anhela un corazón con el que poder sentir y el León cobarde (Bert Lahr), necesitado del coraje que se le presupone, pero del cual carece. Todos ellos deciden emprender este camino junto a Dorothy, con la esperanza de ver cumplidos sus respectivos deseos. 

   Durante este cometido podremos disfrutar de fantásticas canciones interpretadas por los distintos personajes. Algunas de ellas rápidamente las recordaremos de haberlas escuchado en alguna que otra ocasión. Pero, sin duda alguna, la más conocida y reconocible es la de "Over the Rainbow". Tema que recibió ese año el Oscar a la mejor canción original y considerada como la mejor canción de la historia del cine por el American Film Institute. Fue escrita por Harold Arlen y E.Y. Harburg e interpretada por Herbert Stothart.

   El rodaje de esta película estuvo salpicado de múltiples anécdotas. Una de las más relevantes fue que la actriz Margaret Hamilton, que interpretaba el papel de la malvada Bruja del Oeste, en la escena en la que desapareció de Munchkinland, cuando se produce la explosión y las nubes de humo, sufrió importantes quemaduras y estuvo algún tiempo en el hospital. La causa pudo estar en el maquillaje empleado, a base de cobre. La propia Margaret, cuando regresó al rodaje, se negó a filmar la secuencia en la que la Bruja del Oeste vuela sobre una escoba humeante. Betty Danko, una actriz de doblaje, resultó severamente herida al filmar la escena.

   En el caso del Hombre de Hojalata pasó algo similar. Al estar hecho su maquillaje de polvo de aluminio, después de varios días de rodaje ya no podía respirar, por lo que estuvo hospitalizado varios meses. Además, se comenta que el disfraz del Hombre de Hojalata siguió provocando disturbios en el rodaje, ya que el vapor que salía del mismo asustaba al perro encargado de interpretar a Totó, que en realidad respondía al nombre de Terry y cada vez que veía al Hombre de Hojalata echando humo, salía disparado del plató.

   El año en que vio la luz "El Mago de Oz", 1939, fue especialmente prolífico en cuanto a grandes superproducciones se refiere. Así, dicho año se estrenaron también clásicos como: "Cumbres borrascosas" (William Wyler), "Caballero sin espada" (Frank Capra), "La diligencia" (John Ford) o la célebre "Lo que el viento se llevó" (codirigida también por el propio Victor Fleming), que ese año recibió 9 Oscars, incluido el de mejor Dirección (uno de ellos honorífico, concedido a William Cameron Menzies).


   La fotografía de esta película me ha parecido espectacular para la época en que fue rodada. Los escenarios están minuciosamente recreados y el contraste cromático entre las escenas de Kansas (en color sepia) y las coloridas del mundo de Oz, es digno de mención. Y qué decir de la interpretación de Judy Garland! A mi juicio, su mejor papel de siempre. Sólo una excelsa Vivien Leigh, con su magnífica interpretación como Scarlett O´Hara en "Lo que el viento se llevó", la apartó de la estatuilla dorada.

   El mensaje que se esconde tras esta gran historia es que el verdadero objetivo siempre fue el camino, y en él todos ellos han aprendido lo imprescindible para obtener lo que necesitaban. El Mago de Oz lo materializa en algo físico, pero la realidad es que en su interior ya existía y sólo debía hacerse realidad. 

   A veces resulta necesario emprender un camino por los ladrillos amarillos de la vida para darnos cuenta de quiénes somos verdaderamente. Es a través de situaciones límite donde aprendemos a conocernos mejor.

    Y que mejor que acabar esta reseña con la inolvidable "Over the Rainbow", tema principal de la película y versionado por multitud de artistas hasta la fecha.

   Y recordad, no lo olvidéis nunca: There's no place like home...



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