Título: "EL LOBO DE WALL STREET"
Comedia negra. Biográfica.
Año: 2013
Duración: 179´
Director: Martin ScorseseIntérpretes principales: Leonardo DiCaprio
Jonah Hill
Margot Robbie
Matthew McConaughey Jean Dujardin
Kyle Chandler
B.S.O.: Howard Shore
Siempre he pecado (por así decirlo) de ser políticamente incorrecto, así que así os lo digo, sin miramientos: lo siento, no me ha gustado nada. Es más, es una de las mayores decepciones que me he llevado en los últimos tiempos con una película. Claro que a dicha decepción ha contribuído, en gran medida, las grandes espectativas creadas y la aclamación (casi unánime) de la crítica internacional (es algo que de verdad, me desconcierta). Me ha debido afectar entrar en la treintena porque no lo logro entender.
Para esta película, el ganador de un Oscar (y 10 nominaciones), Martin Scorsese, vuelve a recurrir a su actor fetiche, Leonardo DiCaprio, con el que ya ha trabajado en repetidas ocasiones con buen resultado: "Shutter Island", "Infiltrados", "El aviador" o "Gangs of New York", ya reflejaron su particular simbiosis.
La historia gira, en esta ocasión, en torno al personaje de Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio), un joven agente de Bolsa que ve como, con apenas 24 años, se convierte en uno de los mayores y más poderosos Brokers de Wall Street.
Jordan se inicia en el mundo bursátil de la mano de Mark Hanna (Matthew McConaughey), de quien "aprende" la receta para sobrevivir en Wall Street: perseverancia, engaño, cocaína y prostitutas. Toda una declaración de intenciones sobre lo que veríamos durante los próximos 160 minutos.
Tras quebrar la Compañía de Hanna el 19 de octubre de 1987, en el llamado "lunes negro", Jordan decide probar suerte en una pequeña compañía en Long Island. Allí conocerá accidentalmente a Donnie Azoff (Jonah Hill), quién se ofrece para dejar su trabajo y comenzar a trabajar para él, abducido por el ritmo de vida que comenzaba a permistirse. Pero esta insignificante empresa fue sólo el trampolín de salida para el insaciable Belfort, quién decide reclutar a una serie de "variopintos" personajes para fundar, junto a su ya inseparable socio Donnie, la empresa "Stratton Oakmont".
Será entonces cuando seremos testigos del día a día de "Stratton Oakmont": el ansia incesante de enriquecerse a toda costa baila al ritmo de las drogas, el alcohol y las constantes bacanales. Una continua demostración de ostentación que no pasará inadvertida para el ávido agente del FBI, Patrick Denham (Kyle Chandler), quién pondrá todo su empeño para detener a Belfort y su manada de feroces lobos.
Todo parecía marchar bien para Belfort y los suyos, a pesar de conocer que el FBI había puesto sus ojos en "Stratton Oakmont"; sin embargo, un error cometido por uno de sus secuaces y el Director del Banco suizo donde ingresaban las fortunas de la empresa, Jean-Jacques Saurel (interpretado por el ganador del Oscar y el Globo de Oro en 2012, Jean Dujardin), hará que el sueño americano agonice.
En líneas generales me ha parecido una apología exagerada de "anti-valores": codicia, prostitución, machismo, corrupción, ostentación exacerbada, engaño, drogadicción, infidelidad, misoginia... En mi opinión, el Director se recrea demasiado en muchas escenas nada vitales para el desarrollo de la trama, cayendo una y otra vez en la repetición. Además de que creo firmemente que al filme le sobra la última hora.
Ni siquiera puedo salvar al gran Howard Shore, compositor de una dilatadísima carrera filmográfica, en cuanto a bandas sonoras se refiere, habiendo dejado su sello en películas como "El silencio de los corderos" (1991), "Philadelphia" (1993), "Seven" (1995), "Infiltrados" (2006) o la trilogía de "El Señor de los Anillos" (2001-2003), entre muchas otras. Su participación en esta trilogía le valió para llevarse 3 estatuillas, además de estar nominado, años más tarde, por "La invención de Hugo" (2011), también de Martin Scorsese.
Sobre el mismo tema desarrollado en la película, el mundo especulativo y artificial de Wall Street y los brokers, me quedo con la película "Wall Street" (1987) de Michael Douglas (encarnado al tiburón de las finanzas Gordon Gekko) y Charlie Sheen, dirigida por Oliver Stone. Historia que tuvo una segunda parte -no tan afortunada- muchos años después (2010), con Michael Douglas nuevamente como protagonista, acompañado de un joven Shia Labeouf ("Wall Street: el dinero nunca duerme").
De "El lobo de Wall Street" salvaría la brillante (aunque sobreactuada) interpretación de Leonardo DiCaprio, aunque considero que no es merecedora de la estatuilla dorada, por lo que su papel representa para la Sociedad. Tan injusto es que todavía no haya ganado ningún Oscar, como lo sería el hecho de que lo ganase por haber interpretado a Jordan Belfort (en mi humilde opinión, claro está). Soy el primero que admira a DiCaprio, me parece un grandísimo actor sin el debido reconocimiento, aunque creo que si no ganó el Oscar por su papel en "El Aviador" (2004) o en "Atrápame si puedes" (2002) -ni siquiera fue nominado-, no puede ganarlo por esta película. Es así de simple.
En la parte final hay una escena (en apariencia inherte aunque cargada de enorme significado) digna de destacar. La que protagoniza el Agente Denham en el vagón del Metro, mirando a su alrededor, ensoñado con lo que pudo haber sido (de haber sido agente bursátil) y lo que ciertamente es.
De la película me quedo con la frase del padre de Jordan ("Mad Max"): "Con viento se limpia el trigo y los vicios con castigo". Espero que la noche de los Oscar "El lobo de Wall Street" reciba su castigo, aunque mucho me temo que me equivocaré...